Denali
Sin darte cuenta ha envejecido. Aún así mantiene sus dientes brillantes, el hocico negro y su pelo sigue siendo abundante y suave. En la calle mucha gente nos pregunta: “¿Cuántos años tiene?".
Cuando corre, lo hace con las patas rígidas. En la profundidad de sus iris se acumulan cataratas. A veces se despista. "Ya es mayor", le decimos a quienes preguntan. "Es una anciana". Entonces ella alza su mirada hacia nosotros, y parece decirnos: ¿Yo?
Ningún perro se vuelve con la edad más serio, sabio y responsable, como se supone que nos debería pasar a nosotros. Emocionalmente viven en una especie de adolescencia continua; en un largo crepúsculo lleno juegos, siestas, paseos y rutinas felices. Pero la realidad es que también enferman, se vuelven delicados y olvidadizos, y finalmente fallecerán.
No es fácil decir adiós a un amigo, y más cuando ha estado contigo en los momentos difíciles.
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