La Tiki de Félix
Hace unos días recibí un mail con una foto enviada por Sergio González Alonso, responsable de Sublime Surfing Machines (ahora shaper de las tablas Vita). En el mail Sergio me contaba que en su taller tenía una tabla que era igual, por no decir la misma, que una que aparecía en una foto de los años setenta tomada en Doniños y publicada ya hace unos años en la revista Surfari. En la foto, Javier Cueto, Juan Abeledo Jr., Ángel y Félix Cueto aparecían, no se sabe si entrando o saliendo del agua, con sus tablas bajo el brazo. La tabla que había restaurado Sergio era idéntica a la tabla de Félix. Sólo había una pequeña diferencia. El tapón del invento parecía que estaba colocado en el lado contrario del alma. Por lo demás la tabla es la misma: su forma, sus colores, …, hasta el logo de la marca estaba en el mismo sitio.
Lo primero que pensamos, deseando de que se tratase de la misma tabla, es que tal vez al publicar la foto en la revista, ésta fuese impresa al revés. De ser así el tapón pasaría a encontrarse en el mismo posición.
Acudí entonces a consultar nuestra duda con Gonzalo, hermano de Félix, quien nos contó que según su memoria, esa tabla era una Tiki, y que en la actualidad creía formaba parte de la colección de tablas de Enrique Artero. Con esta “mala” noticia volví a hablar con Sergio, y para nuestra sorpresa me confirmó, que bajo el logo de Crystal Surfboards, la tabla tenía un pequeño logo con la inscripción Tiki. La duda sigue por tanto en el aire.
Personalmente me resisto a creer que se trate de tablas distintas. Y aunque no sea la misma tabla, lo que si parece claro es que al menos, algún día, hace más de 40 años, ambas tablas debieron de estar juntas en el mismo taller, sirviendo una de inspiración para la otra. A saber las aventuras que habrán vivido en estos cuarenta años. Por dónde habrá viajado, y quiénes habrán sido sus propietarios.
Y me imagino que por las manos de Sergio habrán ya pasado decenas de tablas con historias similares. De hecho, y tras leer su primer mail, me vino de inmediato a la mente un artículo escrito por Willy Uribe sobre Sergio y su taller, publicado en el número 1 de la revista Glide, y en el que Willy nos presentaba al que él llamaba “El Hombre de Montiana”.
“Se llama Sergio González Alonso y es el hombre clave en todo este incipiente proceso de recuperación de tablas antiguas. Sergio vive en Montiana, un pueblecito entre Gijón y Avilés, pegado a la vía del tren y con los altos hornos de las acerías destacando entre los árboles. Heredó la casa de su abuela y cuando fue a arreglar el tejado, este se vino abajo. Ahora la está rehaciendo desde los cimientos junto a su suegro. El cuarto de pulido está en un cobertizo frente al hórreo, y para el glaseado usa un tinglado más amplio y ventilado. Su idea es, además de reconstruir la casa, levantar un taller donde trabajar con más holgura.
Entre los muros de piedra de la casa, Sergio colocó las tablas que surfistas de diferentes lugares de España le envían para restaurar (…) . Tablas cuyas vidas se alargan en manos de artesanos como Sergio que manejan el polyester y la fibra del mismo modo en que fueron usados hace años para realizar las tablas que repara. Pigmenta el polyester, usa carta de color para encontrar el tono indicado, pule con mimo, va despacio, respeta la tabla y su historia. En definitiva sabe lo que hace”.